En el año 2001 publiqué una novela que llevaba por título El filósofo del martillo (editorial Planeta). En el otoño de 2012 quise revisarla para realizar una edición digital. Pero lo que leí no me gustó. He modificado partes decisivas del argumento, he ahondado en la “ficticia” alma de mis personajes y, sobre todo, he intentado mejorar la arquitectura de las frases y de la narración en su conjunto. Creo haber aumentado mi nivel de sinceridad como escritor. Y Nietzsche, que es el eje del libro, no es para mí ahora lo que fue hace once años. Le he leído con más calma, con más respeto, con más amor, y lo he hecho, además, en alemán, idioma que desconocía en 2001. Por otra parte, el mundo no es el mismo para mí ahora. Veo mucha más belleza, mucha más magia y mucha más sacralidad.
Espero que los que leyeron El filósofo del martillo disfruten con esta nueva versión. Hay enormes sorpresas. Lo han sido incluso para mí. Sobre todo una, que tiene que ver con esa muerte de Dios que proclamó el Zarathustra de Nietzsche.
Sinopsis:
En el cielo de la civilización del siglo XXI suenan de pronto, con una fuerza insólita, los martillazos de Nietzsche. La Filosofía y también la extrema violencia toman ensegida la calle. Millones de dedos acusan a la editorial Metamorfosis, la cual ha puesto en marcha una campaña de promoción de las obras de Nietzsche cuyas dimensiones superan todo lo conocido. En medio del desconcierto social, Luisa, una filósofa española, lucha por encontrar a un poderoso hombre de negocios al que ama con locura, y que parece que la ha abandonado para convertirse en un anónimo contemplativo. La investigación de Luisa la llevará a un lugar decisivo en la vida del filósofo del martillo: el Montesacro de Orta. “Fue el sueño más maravilloso de mi vida”, dijo Nietzsche muchos años después de subir con Lou Salomé a aquel lugar prodigioso.
La novela se puede comprar [Aquí].